La articulación tibioperoneoastragalina, comúnmente conocida como tobillo, está compuesta por tres articulaciones: tibia, peroné y astrágalo. Esta estructura está atravesada por tres nervios sensoriales principales (safeno, peroneal superficial y sural) y cuatro grupos de tendones (anteriores, posteromediales, posterolaterales y posteriores). Además, cuenta con diversos ligamentos y pliegues sinoviales que permiten el deslizamiento de la membrana sinovial sobre la superficie articular. Para la recuperación de ciertas patologías de rodilla, es recomendable el tratamiento biológico de lesiones articulares y extraarticulares con PRP (Plasma rico en plaquetas).
Las lesiones osteocondrales afectan al hueso subcondral y al cartílago articular del astrágalo. Existen dos tipos principales:
La osteocondritis disecante se refiere a una fractura osteocondral de la cúpula del astrágalo. Estas fracturas pueden clasificarse en cuatro etapas:
Causas: En la osteocondritis disecante, las causas no están bien definidas, aunque se asocian a enfermedades y traumatismos repetitivos que afectan la vascularización del hueso. En el caso de las fracturas, el origen es traumático.
Síntomas:
Tratamiento:
Durante la artroscopia, se desbrida el lecho de la lesión y se separa el fragmento osteocartilaginoso. Luego, se espongioliza el lecho para conseguir un lecho sangrante y se infiltra PRP activado. Si el fragmento se puede fijar, se aplica una segunda infiltración de PRP entre el cráter y el fragmento. Si el fragmento no se puede fijar, se procede a su extirpación, espongiolización de la lesión e infiltración con PRP. Finalmente, se realiza una infiltración de PRP intraarticular, repetida de dos a tres veces más según el tamaño de la lesión. El PRP moviliza células mesenquimales e inicia el proceso de reparación del cartílago articular, formando una red de fibrina tridimensional que las células colonizan, contribuyendo a la síntesis de un tejido funcional.
La artrosis es una enfermedad degenerativa caracterizada por el deterioro del cartílago articular, que puede afectar cualquier articulación, incluyendo la tibioastragalina en el tobillo. El cartílago permite el deslizamiento suave de los huesos con mínima fricción.
Causas: Cualquier lesión en el cartílago puede conducir a artrosis, agravándose con el tiempo y causando pérdida significativa de cartílago o una enfermedad degenerativa de la articulación. Factores contribuyentes incluyen traumatismos, infecciones, inflamaciones, osteonecrosis e inestabilidades.
Síntomas: Dolor articular y rigidez, especialmente después de la actividad física.
Tratamiento: Estos tratamientos pueden aliviar síntomas y retrasar la degeneración, evitando o postergando la cirugía.
La terapia con PRP (Plasma rico en plaquetas) en artrosis de tobillo se realiza de manera ambulatoria. El PRP activado se infiltra en el tobillo a través de un abordaje anteromedial en el receso anterior de la articulación tibioastragalina, evitando la membrana sinovial. Las aplicaciones se repiten semanalmente, con intervalos de siete días para permitir la reparación y remodelación celular.
Las tendinopatías son procesos degenerativos en los tendones, que conectan los músculos a los huesos, transmitiendo la fuerza muscular durante el movimiento. Este término abarca tanto la tendinitis (inflamación del tendón) como la tendinosis (degeneración del tendón).
Causas: Las lesiones tendinosas representan entre el 30% y 50% de todas las lesiones deportivas. Son frecuentes en deportes que implican correr, como en el caso del tendón de Aquiles. La hiper-musculación, entrenamientos excesivos y mal ejecutados, y actividades repetitivas en trabajo o tareas domésticas pueden causar tendinopatías.
Síntomas:
Tratamiento: Las tendinopatías pueden tratarse con terapias biológicas mediante PRP. Bajo control ecográfico, se localiza el foco de tendinosis y se inyecta PRP activado. Generalmente, se requieren de dos a tres aplicaciones de PRP en intervalos de una a dos semanas. Es recomendable combinar PRP con fisioterapia para inducir la regeneración celular.
Las fracturas en el tobillo son rupturas de la continuidad ósea, originadas por torsión o impacto directo. Las torsiones producen fracturas en los maleolos, mientras que el impacto directo causa fracturas por compresión en el cartílago articular.
Causas: Las fracturas generalmente se deben a traumatismos. Pueden ocurrir fracturas patológicas en huesos debilitados por enfermedades. Las cargas repetidas pueden causar fracturas por estrés, distinguibles en fracturas por fatiga o por insuficiencia, asociadas a diversas patologías.
Síntomas: Dolor, inflamación, hematoma, deformidad secundaria y desplazamiento.
Tratamiento: El tratamiento busca mantener la correcta alineación del hueso durante la curación y reducir los tiempos de recuperación. Se utilizan sistemas de inmovilización como yesos o técnicas quirúrgicas. El PRP infiltrado en el foco de la fractura puede eliminar la fase de inflamación y potenciar la fase reparadora. En tratamientos conservadores, se inyecta PRP en el foco de fractura estabilizada bajo control radioscópico. Si se detecta un retardo en la consolidación, se realiza una segunda infiltración entre la cuarta y sexta semana.