Descripción
El ácido hialurónico (AH) es una sustancia natural que forma parte de nuestras articulaciones, cartílagos y líquido sinovial. Su función principal es lubricar y amortiguar las superficies articulares, favoreciendo un movimiento suave y sin dolor.
Con el paso del tiempo, las lesiones o el desgaste articular (artrosis) pueden reducir la cantidad y calidad del ácido hialurónico presente en la articulación, provocando rigidez, dolor e inflamación.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento con ácido hialurónico se realiza mediante infiltraciones intraarticulares, habitualmente en rodilla, cadera, hombro o tobillo. Se aplican con técnicas ecoguiadas, lo que garantiza precisión y seguridad.
- Mejora la lubricación y elasticidad de la articulación.
- Reduce el dolor y la inflamación.
- Favorece la movilidad y la función articular.
- Puede retrasar la necesidad de cirugía en algunos pacientes con artrosis.
- Es un procedimiento seguro y mínimamente invasivo.
¿A quién va dirigido?
- Pacientes con artrosis leve o moderada.
- Personas con dolor articular persistente que no mejora con fisioterapia o analgésicos.
- Deportistas con sobrecarga articular.
¿Puede usarse en tendones y fascias?
Sí, el ácido hialurónico no se limita solo a las articulaciones, también puede usarse en el tratamiento de tendones y fascias.
- Tendinopatías crónicas (rotuliano, Aquiles, epicondilitis): mejora la hidratación y elasticidad del tejido.
- Síndrome de fricción o atrapamiento nervioso (ej. túnel carpiano): ayuda a reducir adherencias y mejorar el deslizamiento.
- Fasciopatías (ej. fascitis plantar): útil para reducir dolor y mejorar la función cuando otros tratamientos no han sido efectivos.
Beneficios principales fuera de la articulación
- Mejora la viscoelasticidad del tejido.
- Facilita el deslizamiento tendinoso y disminuye adherencias.
- Efecto antiinflamatorio local leve.
- Puede combinarse con otras terapias regenerativas (PRP, proloterapia, fisioterapia activa).